A un año de la intervención del Bronx, el Distrito asegura que le ha metido el hombro al tema de los habitantes de calle. De hecho, el mismo alcalde Enrique Peñalosa aseguró que el presupuesto tanto para Idipron como para la Secretaría de Integración Social aumentó. PUBLIMETRO tuvo un breve diálogo con María Consuelo Araújo, cabeza de la entidad, sobre lo que le ha quitado el sueño a los bogotanos y a la actual administración en el último año: la habitabilidad de calle.
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¿Cómo es el recuperación de algunos habitantes de calle?
Ellos comienzan con una rutina. Recomponen su dignidad, tienen ropa limpia, pasan por los albergues y tienen una cédula. Aprenden, se recuperan y nuestro compromiso es ayudar a conseguirles un trabajo. Esto con ayuda de su familia, porque es importante su reintegración familiar y es un nuevo amanecer. Cada historia, testimonio de éxito y recuperación, nos llena de esperanza y de energía para continuar.
¿Cuántos recursos se han destinado y con cuántos recursos cuentan actualmente?
Nuestro presupuesto aumentó y este año vamos a tener cerca de 44.000 millones de pesos y hay un saldo significativo en los próximos tres años. El presupuesto de Idipron también aumenta para darles lo mejor y ayudarlos en su recuperación.
¿Sabemos cuántos exhabitantes de calle se han acogido al proceso y están vinculados laboralmente?
Nosotros empezamos el proceso de recuperación a través de capacitaciones, que es un periodo de 8 a 10 meses, y a medida que van evolucionando conseguimos los trabajos. De hecho iniciamos con un convenio con Idiger, que tiene trabajando 150 exhabitantes de calle en la recuperación de canales y cuerpos de agua, y en los próximos meses vamos a anunciar con los distintos gremios como Cotelco, Asocolflores y Camacol para garantizar que estas personas que salen de los procesos de capacitación encuentren un trabajo. Son 550 personas las que están en este proceso.
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¿Los que salen del proceso sin trabajo ustedes cómo los ayudan?
Hemos apostado por la transformación de sus vidas y por eso empieza todo con el contacto en calle. Después los centros de paso y luego la comunidad de vida en donde empieza todo el renacer, el aprendizaje y la capacitación. La etapa final es el enlace social donde hacemos un trabajo con la familia; hacemos inclusión social a través de la empleabilidad y por último hacemos un seguimiento a través de las casas de egresos donde hacemos contacto con nuestros sicólogos para que no vuelvan a caer.
¿En este momento cuántas personas están atendiendo?
Tenemos 2900 cupos, lo que pasa es que los cupos pasan de una etapa a otra y realmente hemos atendido este año 5550 personas, más de 12.000 del año pasado.