Bogotá

La chaqueta que cambia la vida de los habitantes de calle en Bogotá

Esta es la historia de cómo 17 jóvenes emprendedores probaron dos cosas: la ropa no solo resuelve problemas estéticos y el que quiere, siempre puede ayudar

Chaqueta para habitantes de calle
COrtesía Chaqueta para habitantes de calle

Hace unas semanas, unos 30 habitantes de calle reemplazaron sus cobijas por una chaqueta que se convierte en maleta y sleeping bag. No fue una fundación, ni alguien que pasó, los vio y decidió dárselas; las chaquetas llegaron en las manos de 17 jóvenes desinteresados que, sin planearlo, empezaron a ver a los invisibles de esta ciudad. Se necesitaron desayunos, confianza, muchas fotos y ganas para que la historia que va a leer a continuación tuviera un final feliz.

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Bogotá tuvo un 2016 duro con el tema de habitantes de calle y la polémica intervención del Bronx. Para muchos ciudadanos no fue fácil aceptar que ellos hacen parte de la realidad, pero prevalece el choque social.

Los 17 jóvenes, todos con distintas profesiones que fueron claves a la hora de la creación no solo de la chaqueta, sino de recolectar y administrar los fondos para su confección, empezaron la labor que se viralizó y obtuvo la atención de los medios.

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Guillermo Zambrano, Natalia Escallón y Miguel Carvajal hacen parte de esos 17 corazones que decidieron aportar su granito de arena y crear las chaquetas. Pero esto no fue de un día para otro, ellos mismos hicieron un proceso, que empezó en diciembre del año pasado y con el que se dieron cuenta que cualquiera, desde sus capacidades, puede ayudar.

“Nos conocimos en un taller de liderazgo y muchos nos hicimos muy amigos. En diciembre, por ser la época nostálgica y en la que todos quieren ayudar, pues nos fuimos a un ancianato y estaba haciendo mucho frío. Uno de nosotros dijo que hiciéramos unas cobijas porque de verdad estaba helando. Quedó ahí y comenté ‘imagínense si un viejito está así en el ancianato, cómo será la gente de la calle’ y nos dijimos más bien: hagamos una chaqueta nómada, porque los habitantes de calle son nómadas, caminan todos los días y la idea era crear algo que mutara como ellos lo hacen”, comentó Zambrano a PUBLIMETRO.

Así arrancaron apenas el camino para darles a 30 habitantes de calle una chaqueta. “Cuando lo publiqué en mi página de Facebook, no imaginamos que tuviera tanto alcance. Muchos se empezaron a involucrar e incluso nos llamaron ofreciéndonos la confección, pero este es un proyecto nuestro y aunque sí necesitamos ayuda no buscamos ni la fama, ni el dinero. Por eso no buscamos ayuda de políticos o fundaciones. En un momento pensamos patentarla, pero es que una patente es algo tan efímero que le pueden quitar la manga a la chaqueta y queda otra, entonces decidimos que la queremos compartir con todo el mundo”, añadió Zambrano.

Fue tanto el éxito mediático que los llamaron de México, Chile, por supuesto de distintas partes de Colombia y hasta de empresas que ofrecen productos para montañistas.

Manos a la obra

Amigos, padres de los 17, personas anónimas, en fin… todos donaron para las chaquetas. “Recolectamos dinero para las 30 que entregamos y otras 15 más”, aseguró Guillermo. Además, como muchos no saben coser o diseñar, decidieron prestar sus servicios como contadores, abogados, entre otros, para administrar bien el dinero y “tener las cuentas claras, lo que menos queríamos era que la gente pensara que la íbamos a manejar mal o algo así”, añadió.

Cuando las chaquetas estuvieron listas, y antes de entregarlas, los 17 decidieron tener un momento íntimo con los habitantes de calle.

Primero fueron a un refugio, pero se dieron cuenta de que muchos dormían ahí y querían, para empezar, que la chaqueta la tuviera el habitante de calle que duerme en el andén y camina bajo la lluvia.

“No quisimos entregarla porque sí, queríamos aprender, compartir con ellos y conocer sus historias. Fue muy bonito porque conseguimos a algunas personas por medio de un habitante de calle y luego apareció el señor que escribió un libro sobre ellos, que además nos ha ayudado mucho porque los entiende y sabe cómo se comportan. Queríamos conocerlos primero y los invitamos a desayunar, les regalamos unos pocillos, nos contaron su historia y nos dimos cuenta de que son conscientes del rechazo, mientras que otros asumen su realidad”, enfatizó Zambrano.

Quienes se enteraron del proyecto criticaron a los 17 porque les aseguraban que los habitantes de calle iban a cambiar la chaqueta por droga u otras cosas.

“Nunca nos interesó eso, además nuestra intención no era esa, queríamos que ellos mismos se dieran cuenta de lo que tenían y si la vendían o la regalaban pues era cuestión de ellos. Nosotros estamos contentos y si de los 30, solo uno se quedó con la chaqueta pues estamos satisfechos. Por eso queremos hacer esto sostenible, queremos involucrar a más gente”, agregó Zambrano.


La entrega

Así empezó esta historia. La entrega de las chaquetas se llevó a cabo y todos posaron orgullosos para la foto. Lo que viene ahora es la creación de una página web en donde estarán los patrones y el diseño de la chaqueta, la idea es que el que quiera confeccionarla y regalarla lo haga sin ninguna restricción.

Esta es tal vez la parte más técnica del proyecto, pero es muy importante porque la idea de los 17 es involucrar a más personas. “Creo que de lo que aprendes deberías aportar algo al universo y en nuestro equipo eso fue lo que hicimos. Si no sabes hacer la chaqueta, puedes hacer otra cosa para animales, para viejitos o personas en condición de discapacidad, lo que quieras”, agregó Guillermo Zambrano.

Por ahora están simplificando los diseños de la chaqueta, están organizando los materiales con nombre y en dónde se pueden conseguir en el caso de Colombia. La página también estará en inglés para que la puedan entender en otras partes del mundo y la chaqueta nómada llegue a más personas que la necesitan.

“Esta experiencia sirvió para que fuéramos mas conscientes con la sociedad y con esas personas que están en la calle porque finalmente están ahí, son visibles y no podemos ignorar que hacen parte de nuestra realidad”, concluyó Zambrano.


“Los habitantes de calle son nómadas, caminan todos los días y la idea era crear algo que mutara como ellos lo hacen con todo el mundo”, Guillermo Zambrano. 

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