Bogotá

Cómic, el noveno arte que llegó a Bogotá

Las primeras historietas que llegaron a Colombia fue en los 60s y 70s. Desde 1994, por las series de televisión las personas empezaron a consumir cómics y se empezó a utilizar la palabra ‘cómic’.

Del 17 al 19 de marzo, se realizó el primer Taller de Cómic en Bogotá. El evento fue organizado por la librería By The Book Geek dedicada a vender este tipo de literatura, novelas gráficas, coleccionables y juegos. En este evento se realizaron varias charlas sobre estos temas. Publimetro habló con dos aficionados que nos contaron cómo llegó este género a Bogotá.

El diseñador e ilustrador Giovanni Rozo explica que los cómics son “historias de 22 páginas y son fáciles de digerir. Hay de todos los temas, no sólo de superhéroes. Además, son accesibles económicamente a comparación de un DVD. Son considerados el noveno arte, el ‘cine de pobres’. Este término surge porque en los 40s era carísimo ir a cine, pero a las personas si les alcanzaba para comprarse una revista. Aunque un cómic original es costoso porque a veces llegan a costar $15.000 o si es una edición especial su valor está entre $120.000 a $150.000”.

Para Rozo, “lo geek se asocia mucho con los videojuegos y el cómic, pero no es así. Una persona puede serlo porque es fan de un equipo de fútbol. Es un gusto que te apasiona y te lleva a invertir tu tiempo libre y plata en eso. En Estados Unidos, le dicen ‘fan boy’”.

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En Bogotá “las primeras historietas que llegaron fue en los 60s y 70s. Todos las conocemos, Kalimán, Memín y el Águila Solitaria. Esa fue la primera inducción. Luego, llegó una editorial mexicana que se llamaba Novarum y fueron los que empezaron a traer cómics de superhéroes de DC en español. En los 80s, todas esas empresas quebraron por una crisis editorial”.

Rozo afirma que “desde 1994, por las series de televisión las personas empezaron a consumir cómics y se empezó a utilizar la palabra ‘cómic’. Antes de los 90’s, la gente no decía así, lo llamaban ‘historietas’, ‘comiquitas’, ‘cuenticos’. Hoy en día la gente sabe qué es un cómic, sin tener que leerlo”.

En Colombia, “en los 90s hubo un grupo creativo de personas que empezamos a hacer cómic con las reglas originales de este género. Hasta el 2000, la Librería Francesa y la Librería Nacional empezaron a traerlos en su formato real. Ahora, en la Panamericana también se venden. Muchas personas empezaron a seguirnos y es bonito porque hay muchos proyectos visuales”.

Igualmente, en Bogotá se han empezado a realizar eventos como el Salón del Ocio y la Fantasía (SOFA) o en Medellín, tienen el Comicon. En estos eventos se demostró que “esto gusta a todos, es inclusión, es para pasarla bien con la familia. Por ejemplo, en SOFA puedes entrar con tu perro”, según Rozo.

La importancia de estos pasatiempos es que “inducen a los niños a la creatividad. El cómic es el puente a un libro, a la literatura y al cine”, según Rozo.

¿Por qué les gusta el cómic?

Rozo cuenta que el cómic le empezó a gustar porque “mi padre coleccionaba historietas de DC en los setenta. Mis favoritos son Batman y la Liga de la Justicia. En los 90s, hice una revista original en el formato original de cómic y se llamaba ‘Magnético’ y era la burla de los X-men”.

Miguel Garzón es periodista de Blu Radio y explica que el cómic le empezó a gustar porque “en mi casa habían revistas de Kaliman, Condorito y el Águila Solitaria, y esos personajes me encantaban. Además, cuando estaba en el colegio y podía guardar plata para las onces, encontré una droguería en la 125 con Avenida 19, en donde vendían estas historias en español y las compraba”.

El personaje favorito de Garzón es “Spiderman por todo lo que significa. El adolescente que no pedía ser superhéroe, no tenía cómo ayudar en la casa y las mujeres no lo querían. Pero de un momento a otro tiene un gran poder y con éste una gran responsabilidad”.

Miguel le recomienda a los que quieran entrar a este género que “lean lo que les guste. Cuando encuentren a un personaje o tema que les apasionen, investiguen, miren quién lo escribió, cuál es su universo. No se queden solo con que la película fue bonita. Estudien sobre los directores y las películas que ha realizado”.

Tanto Rozo como Garzón coinciden en que uno de los proyectos visuales más impresionantes en Bogotá es Zambo Dendé. “Tiene el mismo nivel de calidad que un cómic book realizado en Europa o Estados Unidos”, afirma Giovanni. “La historia es muy chévere. Es un esclavo en la época de la colonia que lucha por su pueblo y tiene superpoderes”, según Miguel.

Igualmente, los aficionados consideran que es importante comprar las historietas realizadas en Colombia. “Yo siempre le digo a la gente chévere que compren cómic. Pero también, apoyen lo que se está haciendo acá porque es muy difícil sacar esos proyectos adelante”, afirma Rozo. “Esto requiere dinero, tiempo y lo que se hace acá es por amor al arte”, según Garzón.

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