En Bogotá, colectivos de ciudadanos como el Combo 2600 han denunciado la calidad del aire. Además, a ellos se han sumado concejales y académicos que le piden a la Secretaría de Ambiente más controles en este tema.
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El concejal Jairo Cardozo del partido MIRA denunció que “estamos muy preocupados por el informe del IDEAM publicado en el mes de octubre del año pasado, en el que se muestra que Bogotá tiene serios problemas de calidad del aire, especialmente, en sectores como Carvajal – Sevillana, Kennedy, Puente Aranda, donde los niveles de PM-10 y PM-2.5 (material particulado) en los últimos cinco años han superado los patrones establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Por esto, debería declararse la alerta roja y naranja”.
Por esto, Cardozo señaló que “es preocupante que tras este estudio, la Secretaría de Ambiente no haya realizado acciones para recuperar los niveles normales de material particulado en el aire, especialmente, con el PM 2.5, ya que es una partícula diminuta que penetra las vías respiratorias generando graves afectaciones en la salud”.
El concejal explica que “la alerta roja implica que la Administración adopte una serie de medidas, como en Medellín, que desde el 22 de marzo, se han empezado a implementar para minimizar estos impactos. Esta es una situación de emergencia y varias entidades deberían estar involucradas para resolver este problema”. Para el concejal deben controlarse las emisiones de gas contaminante producido por las industrias, Transmilenio, las motos y los carros en la ciudad
Cardozo también criticó que “la página de la Secretaría de Ambiente no se ha actualizado desde junio de 2016”.
Otras zonas de la ciudad también se ven afectadas por la contaminación
El ingeniero Johan Álvarez Berrío, quien realizó su máster en toxicología en la Universidad Nacional, explicó que “normalmente cuando se habla de contaminación en Bogotá, se habla de sectores como Puente Aranda, pero hay otros lugares como Los Mártires, Kennedy, Suba, Bosa y Engativá que también presentan índices bajos de calidad de aire”.
Álvarez realizó una investigación y fue asesorado por el profesor Jose Javier Toro del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional, en la que estudiaron los registros y la generación de emisiones de metales pesados en esta localidad. Algunos de estos son el cromo, los gases de cadmio y el plomo, y afectan directamente la salud respiratoria de las personas.
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De acuerdo a la investigación, en Los Mártires hay 682 industrias, de las cuales 237 se dedican a la litografía, 58 al oxicorte, 161 a latonería y pintura, 132 a la metalmecánica y 94 a la metalurgia. De todas estas, 532 emiten cromo, 154 cadmio y 264 plomo.
Igualmente, se encontró que aproximadamente cerca de 707.000 vehículos recorren la localidad, de los cuales el 57% son automóviles, el 24% motos, el 15% buses y el 4% camiones.
El ingeniero señala que “la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá (una entidad de la Secretaría de Ambiente) no ha instalado estaciones de monitoreo en muchas localidades que deberían tenerlo, especialmente, Usme, Bosa y Los Mártires”.
El concejal Cardozo también coincide con el experto en este punto, “los equipos como el analizador de óxido de nitrógeno y el monitor de partículas PM10 se encuentran en desuso. Además, los equipos informáticos que están instalados son obsoletos y no se ha actualizado el sistema operativo. Esto lleva a que no se pueda descargar un antivirus que los proteja de amenazas informáticas”.
Frente al tema de la alerta roja, Álvarez considera que “se debió declarar desde el 2016, cuando se presentó el incendio forestal en Bogotá. En Ciudad de México y Chile se ha enunciado desde hace varios años”. Además, en estos países “ha habido un asesoramiento técnico a las industrias para que haya una reconversión tecnológica y se ha mejorado el tipo de combustible”.
Álvarez explica que “cuando hay mayor octanaje, hay menor consumo de combustible y hay una menor emisión de contaminantes como material particulado. En Europa, han logrado mejorar el tipo de combustible. Allá manejan el Euro 5, mientras que en Colombia se utiliza el Euro 1. Por esto, todavía estamos atrasados, ya que entre más alto sea el nivel, mejor es el combustible”.
El ingeniero explica que la alerta roja “implica unos protocolos que se deben aplicar en la ciudad. Algunas medidas son restringir la circulación de vehículos en zonas donde la contaminación es muy alta. Otra es que las fábricas que tienen emisiones altas paren su producción por un tiempo corto, entre una o dos horas. Igualmente, se deben hacer mayores controles y vigilancias a las industrias”.
Uno de los problemas con la vigilancia a las industrias es, según Álvarez, que “en esta Administración hubo un recorte de personal y los trabajadores no son suficientes para ir a las fábricas y verificar si se cumplen las normas”.
Cardozo denunció que “la Secretaría de Ambiente tenía como meta realizar 51 informes de medición de la calidad del aire y contaba con recursos aproximados de $677 millones para el 2016. Sin embargo, ni siquiera se ha presentado el informe del 2015 y tampoco los indicadores del Observatorio Ambiental. Así, no se está cumpliendo el Acuerdo 367 de 2009 que exige la realización periódica de estudios sobre la calidad del aire”.
Hasta el momento, la Secretaría de Ambiente no ha realizado ninguna declaración sobre las diferentes denuncias que se han realizado sobre la calidad del aire en Bogotá. Se espera que para la próxima semana emitan un comunicado sobre el tema, ya que han sido varias las denuncias interpuestas en la ciudad y varias investigaciones confirman las versiones de políticos y ciudadanos.