La semana pasada el alcalde Enrique Peñalosa anunció la firma del decreto que permite iniciar con el proyecto Lagos de Torca, incluido en el POZ Norte, y que según la administración aliviará el déficit de vivienda que presenta la ciudad.
PUBLICIDAD
“Este decreto que acabamos de firmar es una revolución en el urbanismo colombiano. Lo trabajamos en equipo con la Corporación Autónoma Regional (CAR). Vamos a evitar que la ciudad se expanda por la Sabana, en baja densidad”, argumentó Peñalosa.
Por su parte, Néstor Franco, director de la CAR, destacó que “es un proyecto que se ha analizado desde todas las ópticas. En el último año, hemos tenido la oportunidad de darle alcance a estas propuestas desde lo ambiental. Estamos convencidos de que estamos dando un paso muy importante en el camino de lograr un crecimiento con sostenibilidad. Esto es muy importante para Bogotá y la región”.
En Lagos de Torca se esperan construir por los menos unas 125.000 viviendas, de las cuales 50.000 serían subsidiadas. Sin embargo, y tras darse a conocer el anuncio, ambientalistas aseguraron que están en contra del proyecto porque se perdería la conectividad entre los cerros Orientales y la Reserva Thomas van der Hammen. De hecho, María Mercedes Maldonado, exsecretaría de Planeación en la administración de Gustavo Petro, y quien pertenece a la Veeduría de protección de la reserva, ha manifestado por medio de redes sociales que esto abre la puerta a la urbanización de la misma.
De hecho, la Veeduría envío una carta al alcalde manifestándole la preocupación por el tema en donde señalaron que “la Reserva Thomas van der Hammen hace parte de un área más amplia denominada “Franja de Conexión restauración y protección” en las resoluciones que el Ministerio de Ambiente expidió en el año 2000 respeto al POT de Bogotá. Una porción de esa franja se localiza en el suelo urbano, en el corredor de la Autopista Norte, porción que es esencial para asegurar la conectividad ecológica entre los cerros orientales, el humedal Torca Guaymaral. la reserva y el río Bogotá”.
Añadieron que “es desafortunado que en la franja de conexión se vayan a autorizar usos urbanos intensivos, a pesar de las directrices señaladas por las autoridades ambientales competentes, del pronunciamiento de organizaciones ciudadanas, y de la comunidad científica y de la construcción oficial en renuencia ante este daño ambiental”.
Sin embargo, la alcaldía asegura que con el proyecto no se toca ni un milímetro de la reserva y “para garantizar esto se realizó una concertación ambiental con la CAR (Resolución 2513 de 2016), otra con la Secretaría Distrital de Ambiente (Resolución 02074 de 2016) y se le solicitó concepto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en octubre de 2016 para confirmar que lo que se va a hacer esté ajustado a la norma”.
PUBLICIDAD
Andrés Ortiz, secretario de Planeación, comentó que en Lagos de Torca “se quiere una ciudad para todos, por eso allí se tendrá diversidad de estratos y la mezcla de usos de suelo para brindar los servicios necesarios al alcance de las 350.000 personas que llegarán a residir y así tener una mejor calidad de vida”. El Distrito plantea que en el proyecto están contemplados la creación del Parque Metropolitano Guaymaral, una cobertura forestal de 400 hectáreas y el aumento de número de árboles de 5000 a 100.000.
Por ahora, lo único cierto es que el decreto se firmó y la polémica se abrió lo que dará mucha tela por cortar debido a la defensa del ambiente, pero la necesidad que tiene Bogotá de crecer de forma organizada.
“Este decreto que acabamos de firmar es una revolución en el urbanismo colombiano. Lo trabajamos en equipo con la Corporación Autónoma Regional (CAR). Vamos a evitar que la ciudad se expanda por la Sabana, en baja densidad”, Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá.
