El Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá se encuentra en una crisis mucho más extensa que lo que parece. Luego de la liquidación de los operadores Egobús y Coobus, otros operadores amenazaron con una seria crisis económica.
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El caso más grave es el de Tranzit, que opera en la zona de la localidad Usme. La empresa envió en una comunicación a la gerente de TransMilenio, Alexandra Rojas, en la que pidió que terminen el contrato de operación de la zona y sea devuelta al Distrito la operación de este sector.
Y este no es un tema menor. Actualmente Tranzit cuenta con 50 rutas y 722 buses, y entre los servicios que presta se encuentra el sistema de alimentadores del Portal Usme y la estación Molinos. Debido a una grave crisis económica no podría suministrar el servicio adecuadamente, afectando a cientos de miles de usuarios.
Según Tranzit, los problemas van desde la operación de rutas múltiples con Egobús y Coobus (de rutas Usme – Fontibón y Usme – Suba) hasta la falta de patios definitivos para la operación zonal y los «colados»: la empresa asegura que el 47% de los usuarios de su sistema de alimentación y el 25% de los de buses zonales evaden el pago del servicio.
722
Buses tiene Tranzit: 614 buses zonales y 108 alimentadores, que operan 33 rutas zonales y 17 alimentadoras.
Las otras empresas en crisis
Otros tres operadores: Suma, Masivo Capital y Este es mi Bus también estarían en una situación crítica debido a las demoras que TransMilenio ha tenido para implementar el sistema de una manera efectiva.
Según las empresas, el SITP ha fallado en implementar medidas tan sencillas como controlar los horarios de los buses, con lo que se encuentran largos períodos de espera para que pasen las rutas o que, en otros casos, se vean muchos buses vacíos de una sola ruta.
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Los operadores aseguraron que los problemas de Tranzit, entre los que también se suma la presencia de los buses del servicio provisional que siguen en servicio tres años después de que deberían haber dejado de operar, se han repetido en sus propias rutas de operación, que incluyen sectores tan importantes como la Calle 80, Suba Oriental, Ciudad Bolívar y Kennedy.
«No es posible en este momento y con las actuales circunstancias económicas de los contratos, que ninguno de los seis concesionarios asuma obligaciones adicionales a las inicialmente pactadas», dijeron los operadores, quienes advirtieron que tienen deudas por medio billón de pesos.
La respuesta de TransMilenio
El sistema reconoció la crisis en la compañía Tranzit, y anunció que tiene 30 días hábiles desde el 20 de septiembre, cuando la carta fue entregada, para tomar una decisión que está siendo analizada detenidamente.
«Los bogotanos no se van a quedar sin servicio de transporte público y para eso estamos analizando los diferentes escenarios contemplados dentro de los contratos de concesión, con el fin de garantizar la prestación del servicio», dice la comunicación de TransMilenio.
Aunque las opciones podrían pasar por cubrir los servicios con buses de otros operadores, con un remanente de buses de reserva que hace parte de los contratos o incluso con los vehículos que no ruedan todos los días por cuestiones de la normatividad distrital, esta decisión solo será anunciada cuando se comunique a Tranzit.
A pesar de esto, la situación sería caótica, pues ya varios de estos buses son usados para brindar servicios en las rutas de Suba y Fontibón que debían cubrir los operadores Coobus y Egobús, cuya liquidación fue ordenada en las semanas anteriores.