Bogotá

Usuarios intermunicipales, preocupados por cambios en Portal 80

La posibilidad de que TransMilenio restrinja a los pasajeros de buses intermunicipales el acceso al Portal del sistema generaría peligros de seguridad y problemas de tráfico, según usuarios consultados por PUBLIMETRO.

La cifra

15 minutos

Este tiempo demoran los buses intermunicipales de la Sabana Occidente en ingresar al Portal de la calle 80.

A plena luz del día, bajarse en el peatonal de la 80 no tendría inconveniente, pero muchos de nosotros trabajamos y estudiamos hasta altas horas de la noche y la idea de tomar o bajarse del bus intermunicipal afuera de la estación no da mucha tranquilidad

El crecimiento de la Sabana Occidental de Bogotá se ha convertido en un tema cada vez más complejo de la interacción entre el Distrito Capital y municipios como Funza, Mosquera, Cota, Madrid y Facatativá. Las precarias conexiones en las calles 13, 80 y vía Suba-Cota se han convertido en vías vitales para decenas de miles de personas que se dirigen en ambos sentidos.

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Por esto, para los usuarios de buses intermunicipales que toman a diario el Portal 80 para continuar por el sistema TransMilenio en dirección a sus casas y lugares de trabajo, la suspensión del servicio que durante varias horas interrumpió el acceso de estos vehículos al Portal provocó temores.

El plan piloto que se presentó el pasado miércoles haría que los usuarios de buses intermunicipales deban descender de sus buses por fuera del Portal y deban acceder al sistema TransMilenio por el puente peatonal o por la estación Carrera 90, mientras los buses hacen un retorno para luego entrar de manera normal a recoger pasajeros.

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«Es una situación muy compleja», dice Carolina Sánchez, una abogada residente en Facatativá y que frecuentemente viaja a Bogotá por motivos laborales. «No se está teniendo en cuenta que el volumen de automóviles en la calle 80 es bastante alto y la idea de enviar hasta allí las rutas intermunicipales va a causar mayores embotellamientos de tráfico, solo que más arriba en la misma calle».

El acceso de buses es crítico en horas pico, en particular en la mañana: a esta hora se mezclan las personas que llegan a Bogotá para trabajar con las que salen de todo el Distrito Capital hacia el gran número de fábricas que se ubican en la Autopista Medellín hasta el peaje de Siberia, así como entre Mosquera y Cota.

«A las 6:40, 6:50 el portal es llenísimo», explica Diana Lara, empleada de una compañía de telefonía celular ubicada en el sector de Chicó y que vive en Mosquera. «La gente se pelea, es insoportable. Pero si usted pasa al mediodía, la situación es completamente manejable».

Otra preocupación es la seguridad, en especial a altas horas de la noche. «A plena luz del día, bajarse en el peatonal de la 80 no tendría inconveniente, pero muchos de nosotros trabajamos y estudiamos hasta altas horas de la noche y la idea de tomar o bajarse del bus intermunicipal afuera de la estación no da mucha tranquilidad», reconoce Sánchez.

De hecho, cientos de usuarios prefieren bajarse en lo que llaman «la última parada», ubicada frente al centro comercial Portal 80, o en paradas de los buses alimentadores y la ruta del híbrido H81 para evadir los retrasos de más de 15 minutos que sufren los buses para ingresar al portal.

¿Una solución de doble filo?

El experimento de impedir el ingreso de buses intermunicipales al Portal 80 es, hasta el momento, solo uno de los planes que TransMilenio contempla para solucionar la congestión en el Portal 80.

Pero, según Sánchez, la situación no puede ser equivalente a sacar un gran número de usuarios del portal a las calles, donde queden expuestos a la posibilidad de robos y a saturar una estación pequeña como Carrera 90.

«La idea de dejar a la gente en Quirigua no me parece adecuada. Ya de por sí esa es una ventaja del Portal 80 con respecto a la entrada de la calle 13, en la que uno debe caminar varias cuadras para entrar a las estaciones. Aquí ocurriría lo mismo, con el añadido que no hay bodegas, sino barrios que ya tienen problemas de inseguridad», asegura.

Lara considera, por otro lado, que la situación puede ser favorable pero se necesitan más opciones. «Cada vez hay más gente viviendo aquí: ya Funza, Mosquera y Madrid son casi una sola ciudad, pero tenemos que entrar a Bogotá solo por dos vías que no dan más. Acá hacen falta variantes como la calle 63 o la Avenida La Esperanza», dijo.

El sistema TransMilenio todavía se encuentra en medio de los estudios para determinar una solución adecuada que permita absorber el flujo de pasajeros y buses intermunicipales, y la solución solo será tomada cuando se completen estos estudios.

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