Miré el reloj y eran las 11:30 p.m. estábamos pasando exactamente por debajo del puente de la calle 100 con carrera séptima y el taxista decidió romper el silencio que estaba acompañado por una canción de salsa – “¿si sabía que en ese puente se aparecía un fantasma?” – me preguntó, a lo que yo le respondí que sí, que algo había escuchado alguna vez en radio.
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Me dijo que se había enterado de la historia por unos familiares, uno de ellos taxista también, quienes le dijeron que después de la medianoche aparecía una mujer y que si no la recogían ella se subía. Aunque la historia es vieja, y tal vez usted ya la escuchó, no deja de ser tenebrosa. No lo voy a negar, se me puso la piel de gallina porque me dejo sugestionar, soy amante de las películas de terror, pero nunca he tenido un encuentro con el más allá.
El taxista me dijo- “uno nunca sabe, es mejor no arriesgarse a pasar por ahí”- y cambió de tema. Al otro día averigüé de qué se trataba la famosa leyenda del fantasma del puente de la 100; encontré registro de por lo menos diez taxistas que dicen haber pasado por el susto de su vida en ese puente. El tema es que la que se aparece sí es una mujer, una monja para ser más claros, sobre todo en noches frías y lluviosas en donde ella se para en la curva del puente y para un taxi.
Se dice que lo hace porque cuando vivía salió de su convento y encontró la muerte. La masacraron. Para un taxi porque quiere regresar al lugar donde está a salvo y si no paran de todas formas se sube; muchos casi mueren por ese susto.
Aunque no puedo dar fe de que esta historia sea cierta, son varios los taxistas que decidieron nunca más pasar solos por el puente de la calle 100 con séptima después de la media noche.
PUB/LP