Bogotá

El lugar en Bogotá en donde hacen los zapatos para las drag queen

Desde hace 30 años Yara Aristizabal fabrica calzado personalizado en el Restrepo, al sur de la ciudad

Johannes se mira al espejo atento, detallando cada parte de los zapatos que mandó a hacer para su show. No son zapatos comunes, tienen muchísima plataforma y son negros, con un tacón casi indescifrable que le hace preguntar a cualquiera que los ve cómo se sostiene.

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Él se transforma en las noches en una drag queen; empezó hace poco, asegura que se salió del molde y que su show es de reguetón del viejo con canciones de Don Omar, de Ivy Queen. Johannes tiene tatuajes en sus brazos y en su pecho, es alto, espigado, moreno y su rostro delgado con sutiles rasgos femeninos lo hacen atractivo.

Su objetivo este año es ganar el Miss Drag Queen que se hace en Bogotá. Para esto debe prepararse mental y físicamente, además de invertir en un buen atuendo, entre esos el calzado. “Todo sale costoso desde el vestuario, las pelucas, hasta el maquillaje”, comenta mientras le toman las medidas para ajustar los últimos detalles de los zapatos.

“Tengo una presentación la próxima semana y ya me falta poco. Tengo el short, las pelucas, eso me lo patrocinan, pero los zapatos los estamos comprando entre mi socio y yo”. Los que lleva puestos le costaron 350.000 pesos, pero hay zapatos más elaborados que pueden costar hasta un millón.

Uno de los lugares en Bogotá en donde fabrican estos zapatos es en el Restrepo, la meca del calzado. Allí, en un segundo piso, está el local de Yara Aristizábal, diseñadora colombiana que desde hace algún tiempo maneja el negocio que sus padres fundaron hace 40 años.

Yara es meticulosa. Sube las escaleras del local y revisa que los zapatos estén bien ubicados, no le gusta el desorden y aclara que hacen lo que sea. “Nosotros trabajamos con un público específico y es que hacemos zapatos a la medida, pocos lo han logrado”, enfatiza.

Johannes no es el único cliente de Yara, su tienda es visitada por la comunidad Lgbti en su mayoría, pero también hacen zapatos para góticos, quien busque un disfraz especial o alguien que tenga problemas en sus pies. “Los Drag buscan zapatos llamativos y entre más brillen, tengan plataformas estrambóticas, que tengan estabilidad, mejor para ellos. Tenemos a la   clienta transgenerista, ellas vienen muy tranquilas porque les damos una atención personalizada y se sienten bien, no se sienten juzgadas. A veces son más femeninas que incluso nosotras”, comentó.

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Los zapatos son la forma de contar una parte de la historia de cada persona, son el reflejo de los gustos y de la vanidad, eso lo tiene claro Johannes quien no teme en posar frente al espejo o hablar sin tapujos del mundo en el que se mueve. “Ser drag reúne muchas cosas que me gustan, es cuestión de carisma, ganarse al público. Duré mucho tiempo pensando en el tema y fue hasta este año que me decidí, pero en el 2014 vi por YouTube un concurso que se llama Miss Palmas Canarias que se hace en España y ahí me empecé a interesar”, comentó.

Johannes de día trabaja en un local en Chapinero y de noche se transforma, aún no ha sido capaz de decirle a su familia, sobre todo le preocupa su mamá, pero asegura que en cualquier momento lo hará. Por ahora piensa en disfrutar su primer par de zapatos como Drag y de los shows en donde los va a lucir… por cada uno puede ganar hasta 300.000 pesos por dos horas.

“Tengo una presentación la próxima semana y ya me falta poco. Tengo el short, las pelucas, eso me lo patrocinan, pero los zapatos los estamos comprando entre mi socio y yo”, Johannes, drag queen bogotano. 

“Los Drag buscan zapatos llamativos y entre más brillen, tengan plataformas estrambóticas, que tengan estabilidad, mejor para ellos», Yara Aristizabal, diseñadora. 

El negocio de Yara

Yara estuvo en Italia en donde aprendió todo sobre zapatos, cómo hacerlos, diseñarlos y cómo manejar una empresa. “Somos de los pocos en Colombia que hemos sobrevivido haciendo zapatos sobre medidas, los Drag son un gran público porque a veces vienen con el diseño claro o se les sugiere algo. También hacemos zapatos para aquellos que quieran que combine con su chaqueta o su cinturón, hacemos zapatos para chicas alternativas y también los podemos alquilar”, añade.

Yara habla fuerte, pide que le bajen a la música del local y que estén atentos a los pedidos, mientras nos lleva a hacer un recorrido por su fábrica y la zona en donde dicta el curso de diseño y modelaje de calzado. “Después de todos estos años decidimos que era tiempo de transmitir lo aprendido. Yo estudié diseño de modas, hice una especialización en calzado y un posgrado en gerencia de moda, y por eso creamos un laboratorio y una escuela de diseño”, asegura.

De esta forma, Yara reparte su tiempo en la creación de nuevos zapatos, en la fabricación de otros tantos como su último pedido para el musical de Peter Pan y las clases del curso. “Mis zapatos han salido en revistas importantes, nos buscan diseñadores importantes y la gente que sabe que se lo hacemos como quiere siempre viene acá”.

Los zapatos de Johannes no son los únicos en construcción, en la fábrica unos cuantos pares más hacen fila para ser terminados y ser vestidos por un Drag Queen.

*El local de Yara Aristizabal está ubicado calle 17 sur nº 22-42 piso 2

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