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«Esto no es cuestión de la plata, sino del daño al medio ambiente que se causó acá”, Néstor Franco, director de la CAR.
“La naturaleza les pasó factura”, así lapidó el alcalde local de Chapinero, Hernando José Quintero, una de las construcciones ilegales que se levantaron de forma silenciosa en los Cerros Orientales de Bogotá. Sí, la cascada que estaba en ese sector y que fue desviada, además de ser sepultada por cemento, buscó su cauce original y abrió un gran hueco en una casa estrato “8”.
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Los secretarios de Ambiente, de Gobierno, el director de la CAR, funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y el mandatario de los bogotanos, Enrique Peñalosa, asistieron masivamente a un sellamiento que ya se había hecho, porque en meses anteriores los propietarios de estas “modestas” viviendas alcanzaron a meter hasta la lavadora.
Francisco Cruz, secretario de Ambiente y quien por fin se refirió brevemente a este tema con Publimetro, comentó que se debe hacer una restauración ecológica que tardará mucho tiempo y que se necesitan hasta estudios para lograr ese cometido. Peñalosa quiere la demolición de estos predios, no es para más teniendo en cuenta que son ilegales y que, en sus propias palabras “vuelven y reinciden, por eso apoyamos a la CAR porque queremos salvar nuestro Cerros”, agregó el alcalde.
Algunas de esas lujosas casas, porque mal contadas podrían vivir allí hasta cinco familias completas, quedan muy arriba del cerro, en donde se levantaron sin generar tanto ruido y escondidas entre los arbustos verdes. El recorrido es largo, las edificaciones quedan en el barrio El bagazal de Rosales, unos metros arriba del Club Metropolitan y tienen nombre propio: El Arraván, El Bambú, El Pachue, El Tuno y El Monteodoro.
El alcalde, en medio de la rueda de prensa, aseguró que para controlar que estas situaciones se presenten de nuevo sobrevolarán la zona por lo menos una vez la mes y tomarán fotos para que quede el registro de alguna construcción ilegal si se presenta el caso.
Si bien la conexión con la naturaleza aún es posible en este sector de la ciudad, tanto ladrillo no cuadra; suficiente con los pinos y eucaliptos que han erosionado el suelo y que al fin al cabo se ven mejor. Ahora bien, hay que esperar a que la CAR realice la investigación correspondiente para determinar si se hace o no la demolición de estos predios o se les impone una multa millonaria, tema del cual ya están advertidos los propietarios de los mismos.
Pero el problema va más allá de los predios ilegales. Por supuesto este es un tema que necesita una solución pronta y el gerente de la CAR, Néstor Franco, aseguró que en el último trimestre empezarían a verse los resultados, “pero esto no es cuestión de la plata, sino del daño al medio ambiente que se causó acá”.
El otro punto que hay que esperar ahora es qué piensa hacer el Alcalde Enrique Peñalosa con esta parte importante de Bogotá. ¿Se construirán casas con el Ministerio de Vivienda?, ¿Cómo se recuperarán las zonas afectadas?, ¿Los ciudadanos podrán participar en esa recuperación o en la toma de decisiones sobre los cerros?. Preguntas que quedan abiertas.