"Represión, tortura y agresiones sexuales" entre otros crímenes.
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Han pasado ocho meses desde que empezó la última ola de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, y la crisis no parece calmarse.
Las manifestaciones ya han dejado al menos 325 muertos y cientos de heridos y detenidos.
Por encargo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del propio gobierno de Nicaragua, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) inició una investigación hace seis meses para esclarecer las primeras muertes. El grupo presentó un informe este viernes, dos días después de ser expulsado del país por las autoridades nicaragüenses.
El reporte se enfoca en los hechos violentos ocurridos entre el 18 de abril y el 30 de mayo de 2018. En este periodo, el GIEI cuenta 109 muertes (95 por armas de fuego), más de 1.400 heridos y más de 690 detenidos.
En el documento, el GIEI responsabiliza de la mayoría de los decesos a la represión del estado y de grupos paraestatales, y acusa al estado de Nicaragua de cometer actos que deben considerarse "crímenes de lesa humanidad".
Las manifestaciones empezaron luego de que el gobierno aprobara una reforma del sistema de pensiones.
Pero cuando desechó la ley, las protestas continuaron con la exigencia de que Ortega abandone el gobierno.