Tyson Fury es un luchador natural, un talento que en 2015 sorprendió al mundo al conquistar el título mundial de peso pesado de boxeo tras acabar con el reinado de nueve años de uno de los peleadores más completos de la historia: el ucraniano Wladimir Klitshko.
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Aquella victoria puso un final feliz al largo y difícil camino que Fury tuvo que recorrer desde que nació en 1988, cuando vino al mundo tres meses antes de lo previsto pesando tan solo 500 gramos.
Pero, a la vez, este gran logro deportivo sumergió al pugilista británico en un espiral de depresión y excesos que estuvo cerca de acabar con su vida.
"Él ha desafiado las probabilidades desde el primer día", le dijo a la BBC su padre, John Fury.
"Tal vez es, simplemente, la manera como es él".