"Demasiado intelectual". "Una vieja bruja". Estos son algunos de los comentarios que la familia de Albert Einstein dedicó a la que fuera primera mujer del científico, Mileva Einstein.
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Sin embargo, esta relación espinosa no siempre fue así. Antes de su divorcio en 1916 ambos habían sido estudiantes en el Instituto Politécnico de Zúrich, una de las pocas universidades de Europa que por entonces admitía mujeres. Allí compartieron su amor por la ciencia.
Las calificaciones de Mileva no dejan duda de que fue una física y científica brillante, en ocasiones con notas más altas de las que obtenía Albert. Y sin embargo, no logró superar los exámenes finales de la carrera.
La correspondencia revela también que en torno a 1900, sin estar casados, Mileva quedó embarazada, y aunque no hay registros claros de cuál fue el paradero de la primera hija de la pareja, se cree que falleció después de contraer la escarlatina.
Diversas biografías sugieren que su etapa de estudiantes juntos fue el principio de muchos años de colaboración por los que Mileva recibió escaso reconocimiento, y que la crianzas de sus hijos con Albert la habrían apartado de la primera línea de la ciencia.
Siempre juntos
Sin embargo, las 43 cartas entre ellos que se conservan hablan a menudo de "nuestros trabajos" y de "nuestra teoría del movimiento relativo", "nuestro punto de vista" o "nuestros artículos".
"Durante las vacaciones escolares, que a menudo pasaban alejados uno del otro, intercambiaron numerosas cartas en las que Albert se refería constantemente a su colaboración", explica para el programa Today de BBC 4, Pauline Gagnon, física senior de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (más conocida por sus siglas, CERN).