Con un nivel de participación que no se había visto en décadas para unas elecciones de mitad de período, los votantes en Estados Unidos fueron a las urnas exhortados por una de las retóricas políticas más cáusticas y divisorias en la historia del país.
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Fueron interpretadas como un referendo sobre los dos años de gestión del presidente Donald Trump, con unos votantes decididos a obstaculizar a un mandatario que creen que está poniendo en peligro la democracia y otros convencidos en darle continuidad a las políticas de quien ven como un salvador de la nación.
El veredicto final: un país profundamente polarizado.
Las encuestas a boca de urna realizadas por las cadenas de televisión, según el diario The Washington Post, encontraron que casi ocho de cada 10 estadounidenses dijeron creer que el país está más dividido que nunca.
Un análisis de las campañas más reñidas, de los resultados electorales y su composición demográfica revela dónde están las grandes grietas de la sociedad estadounidense.