Cuando la civilización perdida de la Isla de Pascua desapareció, se llevó consigo las llaves de un misterio.
PUBLICIDAD
Dejaron unas estructuras inmensas que, a través de los años, han generado todo tipo de teorías y leyendas: los moais, unas rocas colosales talladas en formas humanoides cuyo significado es todavía presa de conjeturas.
Entre todos ellos, uno ha sobresalido a través de los tiempos: ¿por qué estas estructuras fueron colocadas donde están?, ¿qué explicación se oculta tras su caprichosa ubicación a lo largo de esa isla perdida en el Pacífico?
- La historia oculta de Isla de Pascua y cómo se convirtió en una prisión para sus propios habitantes
- Resuelven el misterio de cómo se colocaron los sombreros en las gigantescas estatuas de la Isla de Pascua
"Dado el desarrollo tecnológico de esa civilización y su habilidad para mover monumentos masivos, podrían haber construido estas estructuras en cualquier lugar que les gustara", explica a BBC Mundo el antropólogo Carl Lipo.
"Las estatuas, a menudo, eran monumentos visibles que debían imponerse a los forasteros, por lo que se colocaban en lugares de máxima visibilidad. Sin embargo, los moais están ubicados en huecos poco profundos y en lugares que, desde una perspectiva exterior, no tienen sentido", agrega.
Pero entonces, ¿por qué los moais fueron colocados en estos lugares tan poco comunes entre las civilizaciones antiguas?
El curso del agua
Un estudio de Lipo, Matt Becker y Tanya Bronson, de la California State University Long Beach, trata de aportar nuevas luces sobre el asunto.
PUBLICIDAD
La teoría, publicada en la revista Hydrogeology Journal, sugiere que estas estructuras ceremoniales fueron colocadas en las cercanías de las comunidades para marcar los lugares donde se encontraba el agua potable, un recurso difícil de hallar en esa isla volcánica.
"Descubrimos que se trata de un patrón consistente: en los lugares donde no hay moais no hay tampoco agua dulce, y en los lugares donde encontramos moais, incluso en el interior de la isla, hay fuentes cercanas de agua potable. Eso fue una verdadera sorpresa", señala el autor.