Tras siete devastadores años de guerra civil y más de 350.000 muertos, el presidente de Siria, Bashar al Asad, parece estar cerca de vencer a las fuerzas que intentan derrocarlo.
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¿Cómo lo ha conseguido?
Una investigación conjunta del programa Panorama y el Servicio Árabe de la BBC muestra, por primera vez, en qué medida la utilización de armas químicas ha sido crucial para esta estrategia ganadora.
Lugares de los 106 ataques químicos en Siria, 2014-2018
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Fuente: BBC Panorama e investigación del Servicio Árabe de la BBC. Mapa elaborado con Carto.
1. El uso de armas químicas ha sido extenso
La BBC ha determinado que hay suficientes pruebas para tener la certeza de que se han producido en Siria al menos 106 ataques químicos desde septiembre de 2013, cuando el presidente Al Asad firmó la Convención Internacional sobre Armas Químicas y se comprometió a destruir el arsenal de su país.
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Siria ratificó la convención un mes después de que se produjera un ataque con armas químicas contra varios suburbios de la capital, Damasco, que incluyó el uso del agente nervioso sarín y causó cientos de muertos.
Las fotografías espantosas de víctimas convulsionándose en su agonía impactaron al mundo.
Las potencias occidentales dijeron que el ataque solo podía haber sido llevado a cabo por el gobierno, pero Al Asad culpó a la oposición.
Estados Unidos amenazó con tomar represalias con acciones militares, pero cedió cuando el principal aliado de Al Asad, Rusia, lo persuadió para acordar la eliminación del arsenal químico de Siria.
A pesar de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y Naciones Unidas destruyeron el total de las 1.300 toneladas que declaró el gobierno sirio, los ataques con armas químicas en el país continuaron.
"Los ataques químicos son terroríficos", aseguró Abu Jaafar, quien vivió en la parte de Alepo controlada por la oposición hasta que cayó en manos de las fuerzas del gobierno, en 2016.
"Una bomba de barril o un cohete matan gente instantáneamente sin que sientan nada… pero las armas químicas sofocan. Es una muerte lenta, como ahogar a alguien, privándole de oxígeno. Es horripilante".
Pero Al Asad ha seguido negando que sus fuerzas hayan usado armas químicas.
"No tenemos un arsenal químico desde que lo entregamos en 2013", dijo este año. Y el mandatario insiste en que la OPAQ lo investigó: "Y está claro que no las tenemos".
¿Qué son las armas químicas?
La OPAQ, el organismo global que supervisa la implementación de la Convención sobre Armas Químicas, dice que un arma química es una sustancia química utilizada para causar una muerte intencional o daño a través de sus propiedades tóxicas.
El uso de armas químicas está prohibido por el derecho internacional humanitariosin importar la presencia de un objetivo militar válido, ya que los efectos de estas armas son indiscriminados por su propia naturaleza y están diseñados para causar heridas superfluas y sufrimiento innecesario.
Desde 2014, la misión de investigación de la OPAQ en Siria y el ahora disuelto Mecanismo Investigativo de la OPAQ y Naciones Unidas han investigado las alegaciones de uso de sustancias químicas tóxicas con propósitos hostiles en Siria.
Han determinado que 37 incidentes incluyeron o probablemente incluyeron la utilización de sustancias químicas como arma entre septiembre de 2013 y abril de 2018.
La Comisión de Investigación Internacional Independiente sobre Siria del consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y otros organismos afiliados a Naciones Unidas han concluido mientras tanto que hay fundamentos razonables para creer que se han usado armas químicas en otros 18 casos.
Panorama y el Servicio Árabe de la BBC examinaron 164 reportes de ataques químicos supuestamente llevados a cabo desde que Siria firmó la Convención hace ahora un poco más de cinco años.
El equipo de la BBC determinó que hay pruebas creíbles para estar seguros de que se utilizaron armas químicas en 106 de esos 164 incidentes.
Aunque solo unos pocos de entre esos ataques han alcanzado los titulares de los medios, los datos sugieren un patrón de uso sostenido y repetitivo de armas químicas.
"El uso de armas químicas ha generado algunos resultados para las [fuerzas del gobierno] que ellos creen que vale la pena el riesgo, y [las armas químicas] han mostrado consecuentemente que merecen tomar el riesgo porque las siguen usando, repetitivamente", afirmó Julian Tangaere, exjefe de misión de la OPAQ en Siria.