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Canonización de monseñor Óscar Romero: cómo mataron a monseñor Óscar Romero cuando oficiaba una misa en El Salvador hace 38 años

La iglesia católica aceptó la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero 38 años después de haber sido asesinado. El homicidio del religioso marcó el inicio de una guerra civil en El Salvador que duraría 12 años y dejaría casi 100.000 muertos.

El disparo se escucha con claridad en la grabación con las últimas palabras de monseñor Óscar Arnulfo Romero, pronunciadas en una pequeña capilla de San Salvador el 24 de marzo de 1980.

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Es un estruendo ronco y prolongado, en cierto sentido impropio de un disparo calibre .22, pero no de la enormidad del asesinato que acababa de consumarse.

"El disparo sonó como una bomba", escribiría luego en sus memorias Jorge Pinto, el hijo de la mujer en cuya memoria Romero celebró su última misa, en la capilla del hospital Divina Providencia de la capital salvadoreña.

Y las ondas expansivas de la muerte del entonces arzobispo de El Salvador -quien justo un día antes les había pedido a los integrantes de las fuerzas armadas que desobedecieran las órdenes de matar a "sus mismos hermanos campesinos"– se hicieron sentir con fuerza durante años, incluso más allá del pequeño país centroamericano.

  1. Por qué El Salvador no ha juzgado en casi 40 años a los asesinos del "santo de América"

Para el periodista salvadoreño Carlos Dada, quien lleva más de una década investigando la muerte de monseñor Romero, esa fue la tarde en la que inició "nuestra larga guerra civil que duraría doce años y nos dejaría casi cien mil muertos".

Y el martirio de Romero también puso en un predicamento al Vaticano, donde durante mucho tiempo un poderoso sector se opuso a la canonización del hombre que, sin embargo, no necesitó de una bendición papal para pasar a ser conocido como "el Santo de América".

Eventualmente, la canonización del religioso salvadoreño, que había iniciado en 1994, se desbloqueó en 2013, por lo que 38 años después de su muerte monseñor Romero ya es oficialmente santo de la Iglesia Católica.

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El asesinato de San Óscar Arnulfo Romero, sin embargo, sigue en la impunidad.

Y detalles importantes, como la identidad del autor material de aquel disparo calibre .22, continúan siendo un misterio.

"Ese es el gran secreto de la derecha salvadoreña", le dijo a BBC Mundo Dada, quien se apresta a publicar un libro sobre el asesinato del santo centroamericano, el resultado de la investigación más exhaustiva hasta la fecha.

A 31 metros de distancia

Por lo pronto, de lo que no hay ninguna duda es que el hombre que le disparó a Romero lo hizo desde un Volkswagen Passat de color rojo, el que se detuvo frente a la puerta de la capilla poco antes de las 6:30 de la tarde de aquel 24 de marzo de 1980.

"Solo Romero pudo haberlo notado, porque los escasos asistentes a la misa estaban de espaldas a la puerta. Pero afuera algunas personas vieron el carro. Parecía tener un desperfecto mecánico porque el conductor forcejeaba la palanca de velocidades", cuenta Dada en el primer capítulo de su libro, adelantado esta semana por el periódico digital salvadoreño El Faro.

"En el asiento de atrás otro hombre esperaba. A exactamente treinta y un metros con diez centímetros de distancia, Romero pontificaba desde el altar", continúa el relato.

El prelado, de hecho, se aprestaba a concluir la eucaristía.

"Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor; como Cristo. No para sí, sino para dar conceptos de justicia y paz a nuestro pueblo", alcanzó a decir todavía.

"Unámonos pues, íntimamente en fe y esperanza, a este momento de oración por doña Sarita y por nosotros", pidió también monseñor Romero, antes de que su plegaria fuera interrumpida definitivamente.

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