Amy Williams ganó la única medalla que obtuvo el equipo británico en las Olimpiadas de Invierno de Vancouver en 2010.
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Fue la de oro en la modalidad de skeleton (trineo simple), la primera que lograba su país en un deporte individual en 30 años y que para ella significó el momento más glorioso de su carrera.
También fue el último.
Williams se tuvo que retirar en 2012 y desde entonces ha sufrido las secuelas de lo que fue su vida deportiva, años en los que sometió a su cuerpo a una exigencia que superaba muchas veces sus propios límites.