Cada gol de River Plate hizo estallar el estadio Monumental en Buenos Aires, pero la réplica se sintió aún más fuerte a más de 2.000 kilómetros de distancia en Brasil.
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Y es que la victoria 3-1 del equipo Millonario sobre Independiente de Avellaneda en los cuartos de final de la Copa Libertadores tuvo eco en Sao Paulo, donde los hinchas del Santos y desde el propio club celebraron ruidosamente el resultado.
¿La razón? Independiente había sido el verdugo del club brasileño en la ronda anterior gracias a que el Tribunal de Disciplina de la Confederación Sudamericana de Fútbol le dio la victoria 3-0 en el encuentro de ida por la alineación indebida del uruguayo Carlos Sánchez en el Santos.