Tres días después del terremoto y tsunami que golpearon la ciudad indonesia de Palu el viernes, comienza a surgir una imagen más clara del daño a gran escala provocado por el desastre en la ciudad y sus alrededores.
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Hay 844 muertos confirmados, pero se espera que esta cifra aumente drásticamente a medida que se va ganando acceso a zonas más remotas.
Las autoridades anunciaron que comenzarán a enterrar a las víctimas en fosas comunes, para evitar el contagio de enfermedades.
Se cree que aún hay decenas de personas con vida atrapadas entre los escombros.
En Palu, rescatistas esperan la llegada de maquinaria pesada para buscar entre las ruinas de un hotel y un centro comercial al que aún no han podido ingresar por las réplicas.