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Pyotr Verzilov, miembro de Pussy Riot, fue “muy probablemente envenenado” en Rusia dos meses después de su protesta en el Mundial

Los doctores que lo atendieron en Berlín dijeron que “es altamente factible que se trate de un caso de envenenamiento”. El joven de 30 años fue llevado “de urgencia” a Alemania este fin de semana para determinar si fue envenenado y garantizar su recuperación.

Es muy probable que Pyotr Verzilov, miembro del grupo activista ruso Pussy Riot, haya sido envenenado. Al menos eso es lo que creen los médicos que lo atienden en un hospital de Berlín.

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"La impresión y los hallazgos que tenemos ahora, así como aquellos proporcionados por colegas de Moscú, sugieren que es muy factible que se trate de un caso de envenenamiento ", dijo Kai-Uwe Eckardt, uno de los doctores del centro hospitalario Charite donde está ingresado el joven.

Verzilov se hizo famoso después de invadir el campo del estadio Lushinski de Moscú durante la final de la pasada Copa del Mundo celebrada en Rusia entre Francia y Croacia. Pero la semana pasada ingresó en una clínica de Moscú con síntomas de lo que parecía ser un envenenamiento.

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"Primero fue su visión, luego el habla, luego la movilidad. Se empezó a poner peor cada vez más rápido, y comenzó a sufrir convulsiones", relató su novia, Nika Nikulshina, al diario digital Meduza.

Tras recuperar la consciencia fue trasladado de urgencia a un hospital en Berlín, Alemania, a donde llegó el sábado. Tras varios días internado, este martes el equipo sanitario que lo atiende en el hospital ha ofrecido una actualización sobre el estado del paciente.

El presidente del hospital, Karl Max Einhaeupl, agregó que su estado de salud iba mejorando día a día y que "ya no corre peligro de muerte" pero se encuentra todavía bajo observación en la unidad de cuidados intensivos, aunque consciente y sin ningún tipo de ayuda artificial, afirmaron desde el centro.

Tras el incidente durante el Mundial, el joven de 30 años con doble nacionalidad rusa y canadiense fue arrestado por las autoridades y sentenciado a 15 días de cárcel.

Unos dos meses después, debía presentarse a una vista en los tribunales a la que no acudió. Una semana después de la cita, fue cuando comenzó a sentirse mal y acudió a una clínica de Moscú para después viajar a Alemania para determinar las razones de su malestar y garantizar su seguridad.

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