La madrugada del lunes, al menos un centenar de miembros de la iglesia evangélica El Aposento Alto se enfundaron en sus polos celestes y cascos de construcción amarillos para cumplir una misión que tenían pendiente desde hacía un par de años: «tomar» el estadio del club peruano Alianza Lima.
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Armados con herramientas, treparon las puertas y paredes que dan acceso a la explanada del Matute, como se conoce al estadio de uno de los equipos de fútbol más emblemáticos del país andino.
Una vez dentro, soldaron las rejas y puertas mientras, fuera, otros fieles pintaban la fachada de blanco cubriendo el escudo del los blanquiazules, como mostró la televisión peruana. Ya bajo la luz del sol, levantaron sobre los muros pancartas gigantes para anunciar quiénes eran los nuevos ocupantes del lugar: «La iglesia cristiana mundial ‘El Aposento Alto».
La conquista evangélica fue efímera. A las pocas horas, un millar de hinchas del Alianza Lima se presentó en el local para contraatacar, indignados porque les habían «faltado el respeto», según explicó uno de ellos a la prensa.
Pese a que el club había pedido calma en un comunicado, los aliancistas consiguieron entrar a la fuerza en la explanada y desalojar a los feligreses tras un violento enfrentamiento en el que usaron extintores, palos y polvo químico.
El choque se saldó con un fiel herido y tres hinchas detenidos. Pero, ¿quiénes son los miembros de El Aposento Alto y por qué codician el Matute?
Deuda millonaria
El Aposento Alto fue fundada por el pastor Alberto Santana, líder de esta congregación.
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Ya desde 2016, Santana viene expresando en sus discursos su intención de hacerse con este estadio ubicado en el populoso y céntrico distrito de La Victoria, en Lima.
El Matute podría haber acabado en la mira del religioso debido a la situación económica de Alianza Lima, que no pasa por uno de sus mejores momentos.
El club ha tenido que ajustarse el cinturón para hacer frente a una deuda millonaria con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), la agencia tributaria peruana.
Aunque Santana asegura que sus motivos son más bien de carácter divino.
En imágenes de archivo recuperadas por la prensa peruana, el pastor asegura que fue Dios quien decidió que el estadio debía pasar a las manos de El Aposento Alto.
«Quizá, humanamente, los dirigentes traten de salvar ante la Sunat el embargo o la venta del estadio Alianza, pero no se va a poder, porque Dios ya ha determinado que ese estadio se va a vender… Y Dios ha determinado también que a ese estadio vamos a ir y vamos a tomarlo«, se le oye decir a sus fieles en un video publicado por los medios de comunicación peruanos, que lo fechan en 2016.
Un año después, Santana anunciaba a la prensa que su iglesia había adquirido una parte de la explanada del estadio, el área donde se estacionan los socios. Unos 10.200 metros cuadrados donde planeaba construir un templo para «salvar a delincuentes y drogadictos».
«En mi sueño, un ángel me dijo que se estaba vendiendo el estadio. Luego de unos días, unas personas se me acercaron para decirme que eran los dueños de los lotes de la explanada. Revisé los documentos con abogados y los fuimos adquiriendo uno por uno. Todo fue por la fe», dio cuenta el diario peruano El Comercio.
Sin embargo, ya entonces había un inconveniente. La administración del club tenía la llave para acceder a la explanada y se negaba a reunirse con el grupo religioso, según admitía Santana.
Casi un año después, los evangélicos optaron por invadir la explanada ante la indignación de la dirección del club, que asegura que El Aposento Alto logró registrar como suya parte de la explanada de manera fraudulenta.
¿Tráfico de tierras?
La abogada del club, Liliana Campos, explicó en declaraciones a distintos medios de comunicación que El Aposento Alto consiguió inscribir como suyos en el registro público 4,5 de los 14 lotes que conforman la explanada del estadio. El resto, tiene otros titulares que, según la letrada, también habrían sido inscritos de manera ilegal.
La letrada defiende que el Estado peruano le cedió la explanada al Alianza Lima a través del decreto legislativo N°19434 del 6 de julio de 1972 y que los cambios de titular que ha sufrido en el registro público forman «parte de una red que está traficando con terrenos«.
«Los señores han usurpado un bien del que el club Alianza Lima lleva en posesión 43 años», le dijo Campos al canal América Noticias.
Sin embargo, hace solo un año, la exadministradora del club, Susana Cubas, daba otra versión en una entrevista con la radioemisora RPP.
«La explanada nunca fue de Alianza Lima, siempre fue de la municipalidad (de La Victoria)», señaló en octubre del 2017 Susana Cuba a RPP. «Nuestra administración con la municipalidad teníamos una excelente relación. Es más, debe estar ahí en los documentos de Alianza un convenio para poder usar la explanada», dijo entonces.
«Siempre ha habido gente que ha querido comprar ese predio, es más, ha habido gente que ha querido arrogarse la propiedad de uno, dos o tres lotes de ese predio. Pero siempre en coordinación con la Municipalidad de La Victoria hemos desenmascarado a estas personas que efectivamente no tenían ningún derecho sobre esos lotes», afirmó.
Por eso, según ella, en estos casos, quien debe impugnar estas ventas falsas no es Alianza Lima sino la municipalidad. Esta última aseguró ayer que, «debido a la complejidad del caso», está «indagando el hecho» antes de pronunciarse.
Mientras tanto, los hinchas ya han limpiado la fachada y conseguido que el escudo de su equipo sea visible de nuevo.
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