Una noche de 2005, alguien entró por una ventana al Museo Judy Garland, en Minnesota, y se llevó un par de zapatillas de rubí usadas por la actriz en la película El mago de Oz (1939).
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Cubiertas por cerca de 2.300 lentejuelas, las zapatillas fueron recuperadas 13 años después de ser robadas, según autoridades estadounidenses.
El robo indignó de tal manera al público que un donante anónimo alguna vez ofreció una recompensa de US$1 millón a quien suministrara el nombre del ladrón y el paradero de las zapatillas robadas.
Sin embargo, la recompensa expiró en el décimo aniversario del robo.