Es el proyecto de transporte público más ambicioso de todo Estados Unidos y promete ir más rápido que cualquier tren de Europa o Japón.
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El tren bala del estado de California tiene planeado conectar San Francisco, en el norte, con Los Ángeles, en el sur, y con ello cambiar drásticamente la movilidad de su población.
Eso, si consiguen pagar para terminarlo de construir.
El futuro sistema ferroviario tiene un costo base de US$77.000 millones y uno máximo estimado en US$100.000 millones -casi el doble que el PIB de Uruguay- y las autoridades reconocen no tener fondos suficientes para financiarlo.
Como una comparación, el gobierno de China ha invertido un estimado de US$360.000 millones en su sistema entero de ferrocarriles de alta velocidad, que abarca 22.000 kilómetros, según reportó The Economist el año pasado.
En el caso de California, los rieles se extenderían por 840 kilómetros.
Las labores de construcción ya comenzaron en más de una decena de lugares del centro del estado y la intención es que el tren esté completamente operativo para el año 2033.