Es verdad que la música clásica y el deporte no suelen tener una relación obvia, pero sí que se juntan muchas veces con piezas que son utilizadas como banda sonora de grandes competencias.
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Es el caso, por ejemplo, de la adaptación hecha por Tony Britten a la pieza de Handel "Zadok el sacerdote", que es el himno de la Champions League de fútbol desde 1992.
Pero también hay ejemplos de música clásica que es inspirada por el deporte o de obras que, de hecho, son sobre el deporte.