Miles de niños migrantes se han despedido en días recientes de sus cuidadores en refugios de EE.UU. para volver con sus padres. Pero cientos se quedan, preguntándose cuándo saldrán de ahí.
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Para algunos, el riesgo de no volver a ver a sus padres de nuevo es muy alto.
El gobierno de Donald Trump dijo el jueves haber reunido con sus familiares a más de 1.800 niños de entre 5 y 17 años que fueron separados de sus padres en la frontera sur del país entre abril y junio, cuando intentaban cruzarla sin documentos.
Según sus estimaciones, los padres de los 711 menores de edad restantes no califican para la reunificación.
Entre los motivos, explican, están que los adultos tienen antecedentes penales o son considerados un riesgo para los niños.
Sin embargo, hay más de 430 que el gobierno no devolverá a sus padres simplemente porque estos ya fueron deportados a sus países de origen.
Estos casos ocupan a abogados de inmigración y organizaciones de derechos humanos que argumentan que los adultos en ocasiones no estaban conscientes de que firmaban su deportación voluntaria o que los convencían de hacerlo como garantía de recuperar a sus hijos.