La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, tendrá que desempolvar un buen abrigo para su visita a Argentina este fin de semana. Y tendrá, también, que armarse de paciencia.
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Lagarde no solo será recibida por una fría y húmeda Buenos Aires, sino por un clima de tensión política que, entre otras cosas, vaticina varias protestas en contra del acuerdo firmado entre el organismo internacional y el gobierno de Mauricio Macri.
Aunque la visita se debe a una cumbre de ministros de Finanzas en el marco del G-20 que preside Argentina, pocos dudan que el polémico acuerdo será el principal tema de conversación entre Lagarde y Macri en su reunión del viernes en la residencia presidencial de Olivos.
En mayo, en medio de una corrida cambiaria que devaluó el peso 30%, Macri anunció que el FMI prestaría al país hasta US$50.000 millones.
Desde entonces, a medida que se han divulgado o filtrado los detalles del acuerdo, los argentinos se preguntan si lo que Macri prometió el FMI se puede cumplir.