"Aquí no se trata de que la gente tiene dificultad para conseguir comida. Es simplemente que no come".
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Lo dice y después larga una carcajada nerviosa. Charolette Tidwell es una enfermera jubilada de 72 años que desde hace una década se viene gastando la mitad de su pensión en comprar alimentos para repartirlos entre 1.200 adultos y niños que aguantan hambre en Fort Smith, Arkansas.
"Yo me di cuenta de ese problema cuando en un supermercado local un tendero me contó la historia de una pareja que compraba comida para gatos para reemplazar las proteínas en su dieta", me cuenta Tidwell.
Pero el hambre solo es un síntoma de una crisis mayor.
La encuestadora Gallup midió durante 10 años el bienestar y la calidad de vida en 189 localidades estadounidenses y publicó una encuesta con los resultados en marzo de este año. Fort Smith se ubicó en el último lugar.
Por esa razón, varios medios, incluidos Business Insider y Yahoo Finance, la catalogaron como "la ciudad más infeliz" de Estados Unidos.
"La encuesta mide cinco factores: propósito de vida, seguridad financiera, salud física, vida en comunidad y sociabilización. Y en esos aspectos, Fort Smith registró una calificación muy baja", le dijo a BBC Mundo Dan Witters, analista senior de Gallup.
"Lo que vimos es que se trata de un ciclo que no logran romper: no tienen dinero para comprar comida, entonces se alimentan mal, entonces se enferman por eso. Y todos los indicadores de bienestar se ven afectados", agregó.