La plaza fue tomada por miles de personas que bailan, cantan, aplauden y agitan banderas.
Es el Zócalo, el corazón político del país, durante la noche del 1 de julio después que el Instituto Nacional Electoral confirmara la noticia que esperaban:
Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial más grande en la historia de México.
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Es el tercer intento del candidato identificado con la izquierda, y muchos de esos miles que ahora festejan estuvieron a su lado.
La plaza se enciende cuando AMLO, como se le conoce en el país, repite sus promesas centrales de campaña que ahora, dice, serán eje en su gobierno:
"No mentir, no robar, no traicionar al pueblo", promete. Una noche de alegría que muchos esperaron vivir por mucho tiempo. Algunos por varias décadas.
Porque no siempre fueron tiempos felices. Hace 30 años, el entonces candidato considerado de izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, encabezó inéditas jornadas de protesta contra un presunto fraude electoral.