Greg Owen buscaba un medicamento para no volverse VIH positivo. Pero era demasiado tarde: ya tenía el virus. Aun así, él y un amigo llevaron a cabo un ambicioso proyecto para ayudar a miles de personas a recibir el nuevo tratamiento.
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Greg Owen creció en Belfast, el mayor de seis hijos, en la década de los años 80. Dice que de niño era "muy gay".
En 2015, Greg estaba viviendo en Londres. Trabajaba en bares y clubs y dormía en sofás de amigos.
Jamás imaginó que un día se convertiría en el hombre que salvaría miles de vidas y cambiaría la manera en la que el servicio nacional de salud británico trata a los hombres gays.