La prosperidad de su negocio depende de que haya personas que pierdan su libertad.
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Mientras la opinión pública de Estados Unidos reaccionaba con indignación ante la separación de miles de niños de sus padres inmigrantes que cruzaban ilegalmente la frontera sur del país, ellos veían mayores oportunidades.
Las organizaciones que gestionan los centros de detención de inmigrantes en Estados Unidos viven un boom.
- La historia sobre la niña que se volvió símbolo de los menores separados en la frontera de EE.UU., según su padre
- La desgarradora grabación que muestra el sufrimiento de los niños separados de sus padres indocumentados en EE.UU.
Solamente en 2017, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) destinó casi US$3.000 millones para costear el sistema de detención de extranjeros, que se ocupa de los casos están pendientes de resolver por los tribunales o cuya deportación ya ha sido acordada.
Una parte mayoritaria de estos lugares pertenecen o son administrados por compañías privadas.
"En torno a 65% de las camas de las que dispone el gobierno federal para albergar a inmigrantes están en manos de empresas privadas. Y esa cifra está creciendo con la actual crisis migratoria", comenta Bianca Tylek, directora del Corrections Accountability Project (Proyecto de Transparencia de Centros de Detención), con sede en Nueva York.