Parecía que las selecciones de Sudamérica llegaban con fuerza al Mundial de Rusia 2018, decididas a ser protagonistas como sucedió hace cuatro años en Brasil.
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Los resultados previos durante el proceso de preparación hacían presagiar lo mejor para el debut mundialista. También inspiraba confianza la clasificación que publica mensualmente la FIFA.
Todas -Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay- se encuentran entre las 20 mejores del mundo y sus rivales para la primera ronda de partidos de la fase de grupos estaban por debajo en el ranking del organismo rector del fútbol.
Pero la realidad resultó de lo más decepcionante, hasta el punto que desde hace 44 años que cuatro selecciones sudamericanas no lograban ganar su primer partido en un Mundial.