Es un tema resuelto en casi toda América Latina: cuando en una elección presidencial ningún candidato alcanza una mayoría clara, se realiza una nueva votación para definir al ganador.
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Eso no ocurre en México, uno de los cinco países de Latinoamérica donde no existe segunda vuelta electoral, con Honduras, Panamá, Paraguay y Venezuela.
En México desde hace más de una década se han realizado intentos por establecer la segunda vuelta pero sin éxito. La discusión se reactiva en contiendas competidas o con alguna controversia, como sucede en la actual elección presidencial, que se realizará el próximo 1 de julio.
Pero hasta ahora prevalece el método de mayoría relativa para elegir al presidente de la república, gobernadores, alcaldes, legisladores y la mayoría de los cargos públicos.
Es decir, gana quien obtiene el mayor número de votos, sin importar la cantidad de personas que participe en las elecciones.
Propuestas "archivadas"
Un sistema criticado por algunos, sobre todo por la historia de conflictos electorales de las últimas décadas que según especialistas se pudieron evitar con una nueva ronda de votaciones.
Otros, en cambio, creen que la segunda vuelta electoral puede ser una salida falsa a los problemas del país.
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El tema desata controversia, pero también revela desinterés de las principales fuerzas políticas del país advierten especialistas.
Un ejemplo: desde 1998 en la Cámara de Diputados se han presentado al menos 21 iniciativas para legalizar una segunda ronda de votaciones en comicios cerrados.
Las propuestas permanecen archivadas.
Historia
¿Por qué no ha sido posible establecer la segunda vuelta electoral en México?
Una respuesta es el modelo político que imperó en el país durante casi todo el siglo pasado, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganaba la mayoría de las elecciones.
En tal escenario repetir las votaciones no pareció necesario: los triunfos de ese partido solían ser por amplio margen.
El entorno empezó a cambiar en los polémicos comicios de 1988, cuando Carlos Salinas de Gortari fue elegido presidente.
Y el escenario se transformó en 1997, cuando por primera el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados.