"La señora nos dijo que íbamos a un picnic, a un día de campo. Obviamente estábamos muy emocionadas".
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Ella es Salimata, y cuando tenía 5 años fue sometida a una mutilación genital femenina (MGF) o ablación de clítoris.
"Realmente no me gustó el hecho de que nos engañaran".
"Podía escuchar a alguien gritando mientras dos o tres personas nos sujetaban para mantenernos quietas".
"Entonces te cortan algo en el cuerpo, pero no sabes lo que es ni por qué lo están haciendo".
Salimata creció en París, pero a menudo visitaba a sus familiares en Senegal, donde su madre se sentía presionada para cumplir con las tradiciones, y aceptó que sometieran a la niña a una MGF.
"En una ocasión mi madre rompió a llorar y me dijo que ella no quería que yo, su hija, fuera sometida al procedimiento. Yo también rompí a llorar…".
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Doloroso, perjudicial e innecesario
La MGF es un procedimiento en el que los tejidos de los órganos genitales de la mujer son deliberadamente cortados, lesionados o eliminados parcial o totalmente con el objetivo de eliminar el placer sexual.