Con Vladimir Putin iniciando su cuarto periodo como presidente, Rusia realizó su tradicional desfile militar del Día de la Victoria.
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Como cada 9 de mayo, en la Plaza Roja de Moscú se rindió homenaje a los millones de rusos que murieron al enfrentar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Pero desde que Putin está en el poder, esta conmemoración también ha sido usada con un fin adicional: lucir ante el mundo el armamento del país.
Se trata de una tradición soviética que fue retomada por el presidente ruso.
"Este año, los televidentes y el público de la Plaza Roja de Moscú tuvieron la oportunidad de echar un vistazo a los nuevos robots de combate rusos, que ya han sido probados en Siria", explica Olga Robinson, editora de BBC Monitoring para la región de Rusia.
Otra estrella del desfile fue el Su-57, el más reciente avión de combate ruso. Y por primera vez desfiló la Guardia Nacional, o Rosgvardia, una nueva fuerza policial creada por Putin.
"Pero tal vez el punto culminante del evento (y muy esperado) fue el vuelo de dos aviones de combate MiG-31K que lucieron con el misil hipersónico Kinzhal, que fue presentado por el presidente Putin en su último discurso sobre el estado nacional en marzo", explica Robinson.