Que el Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua (COSEP) fuera uno de los convocantes de la gran marcha de este lunes en la que participaron miles de nicaragüenses para protestar contra el gobierno de Daniel Ortega dice mucho de la situación política en el país.
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Lo primero, pone en evidencia una gran fisura en las buenas relaciones de Ortega con los empresarios, que en la última década habían sido sus aliados, según señalan algunos analistas consultados por BBC Mundo.
Después de días de grandes protestas y de represión policial (se calculan en más de una veintena los muertos), el presidente nicaragüense revocó el domingo las polémicas reformas al sistema de seguridad social y pensiones.
Pero eso no consiguió frenar la indignación en parte de la población.
En el comunicado en el que la COSEP llamó a la marcha de este lunes, se pedía el cese de la represión policial, liberar a los detenidos y garantizar la libertad de prensa.
"La marcha fue multitudinaria, la gran mayoría eran jóvenes, pero la sociedad en general acompaña este movimiento social", dice a BBC Mundo Óscar René Vargas, analista político nicaragüense.