Un par de balazos rompieron la tranquilidad del poblado Victoria Gracia, en la selva central de Perú, el jueves al mediodía.
PUBLICIDAD
Los disparos alcanzaron el cuerpo de Olivia Arévalo, de alrededor de 80 años, que estaba en la puerta de su casa. La mujer murió minutos después.
La muerte de esta líder de la etnia shipibo-conibo xeteba y curandera tradicional enfureció a los pobladores de su comunidad.
Según testigos, dos hombres que iban en una moto apuntaron hacia ella.
Entre algunos shipibos empezó a circular el rumor de que el asesino había sido el canadiense Sebastian Woodroffe, de 41 años, supuesto cliente de Arévalo.