Estados Unidos, Reino Unido y Francia atacaron la madrugada del sábado con 105 misiles lo que el secretario de Defensa del país norteamericano, Jim Mattis, llamó "infraestructuras de armas químicas" del gobierno sirio.
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Los bombardeos se presentaron como una respuesta ante el supuesto ataque con armas químicas que habría sufrido la semana anterior la población civil de la ciudad siria de Douma, cerca de Damasco. Según opositores, médicos y equipos de rescate, la ofensiva sobre este enclave rebelde habría dejado más de 40 muertos.
El gobierno del presidente Bashar al-Assad negó en todo momento el uso de armas químicas y Rusia, su aliada, aseguró que cuenta con pruebas de que se trata de un montaje.
Siria insistió en que destruyó su arsenal químico, como se había comprometido tras un ataque en 2013 con gas sarín. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), sin embargo, le ha atribuido cuatro ofensivas de este tipo desde entonces.
Estos fueron los objetivos de los bombardeos del pasado fin de semana.
Centro de investigación en Damasco