Las revelaciones que salieron a la luz el 1 de marzo del 2017 dejaron en shock a muchos en la ciudad de Baltimore, en Maryland, un estado en el este de Estados Unidos.
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Siete integrantes de una unidad élite dedicada a recuperar armas que estaban en posesión de grupos criminales, y que hasta entonces habían tenido una buena reputación, fueron detenidos.
Se supo que los funcionarios les robarondinero, joyas y drogas a narcotraficantes, pero también a un indigente, a un vendedor de autos, a un constructor y a muchas personas más. La mayoría de sus víctimas eran afroestadounidenses.