¿Has trabajado más de ocho horas sin pararte del escritorio?
Es posible que sí. Y además, es posible que no te hayas tomado ni el tiempo para almorzar.
La pregunta es si efectivamente este tipo de hábitos laborales, cada vez más comunes, aumentan tu productividad. Y la respuesta que dan los expertos suele ser un rotundo no.
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Un estudio elaborado por la organización letona Draugiem Group (que agrupa a varias startups) detectó que una larga jornada no mejora tu rendimiento. Lo que realmente importa, dice la investigación, es cómo divides el tiempo de trabajo y la estructura que le das al desarrollo de tus tareas.
Lo que concluyeron fue que aquellas personas que hacen pausas programadas en su rutina, demostraron ser más productivas que aquellos que trabajan más horas.