"Viajar en tren siempre se consideró la opción del pobre comparado con hacerlo en avión".
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Eso dice Paul Priestman, cofundador PriestmanGoode, un estudio de diseño basado en Londres que se especializa en medios de transporte.
"Se ha invertido mucho menos en el diseño de trenes", explica Priestman.
Y aunque los trenes fueron inventados mucho antes que los rapidísimos y tecnológicamente avanzados aviones de reacción, el viaje en tren parece estar listo para adelantarse a volar, al menos en cuanto a atractivo.
Una razón para esto: los trenes normalmente no requieren facturar o pasar por tantos controles de seguridad, lo que reduce el tiempo de viaje (especialmente en distancias cortas).
Y tampoco hay que desplazarse por carreteras congestionadas a aeropuertos ubicados a las afueras de la ciudad.
También se está invirtiendo más en su diseño. Y en este campo la estética es una estrecha aliada de la comodidad y la conveniencia.