A fines de 2015 una mujer de 48 años se presentó en el servicio de emergencias psiquiátricas de Berna, Suiza, con varias heridas de arma blanca en el pecho.
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Algunas tenían hasta 7 centímetros de profundidad.
La mujer, Sarah, les dijo a los médicos que había seguido órdenes directas de Dios.
Se trata de un caso extraño pero no del todo inusual, según el psiquiatra Sebastian Walther, que conoció a Sarah en el hospital e informó personalmente a BBC Future sobre su caso, ya que ella prefería permanecer en el anonimato.
Walther recuerda que la mujer se sentía "sinceramente bendecida" y que oía voces cada minuto, a veces durante horas. Para ella las voces eran "divinas" y "agradables", a pesar de que le daban instrucciones mortales.
Un escáner cerebral reveló algo aún más sorprendente: tenía un tumor en un lugar muy delicado del cerebro, que le afectaba una "zona crítica" de redes importantes para el procesamiento del sonido.
Si bien la mayoría de nosotros distinguimos claramente entre los sonidos externos y nuestros pensamientos internos, muchas personas oyen voces (entre el 5% y el 19% de la población). Algunas son benignas. Pero otras, cuando se combinan con problemas de salud mental, pueden ser más angustiosas. Así eran las voces que oía Sarah.