El deporte británico amaneció conmocionado por la noticia que dos de sus máximos exponentes, tanto a nivel individual como por equipos, habían "cruzado una línea ética" sobre el uso de sustancias dopantes.
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Bradley Wiggins, el atleta con más medallas olímpicas en la historia de Reino Unido y primero en ganar el Tour de Francia, y el equipo Sky, precursor de los mayores éxitos del ciclismo británico en la última década, fueron acusados en un informe de haber aprovechado los permisos que autoriza el código mundial antidopaje para el uso de sustancias prohibidas con fines terapéuticos con el único objetivo de mejorar el rendimiento.