La "campana de Hitler", de la iglesia protestante de St. Jacobs, había marcado las horas en el pueblo de Herxheim am Berg desde 1934.
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Nadie en esa localidad del suroeste de Alemania parecía incómodo con la pieza de bronce, que lleva una esvástica y las palabras "Todos por la Patria – Adolf Hitler" en alto relieve.
Pero una exorganista de la iglesia, Sigrid Peters, se quejó en junio de 2017. El hasta entonces discreto pueblo empezó a resonar en los medios de comunicación por la noticia.
Algunos feligreses se alarmaron al descubrir que se habían casado o que habían bautizado a sus hijos bajo la "campana del Führer".
La iglesia de St. Jacobs pidió deshacerse de la campana, puesto que era un recordatorio del oscuro pasado de la nación.