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“Es el único miembro vivo de mi familia”: el padre que consiguió que no ejecutaran en Texas a su hijo condenado a muerte por el asesinato de su propia madre y su hermano

La vida de Kent Whitaker dio un giro trágico e inesperado cuando un encapuchado mató a su esposa e hijo menor y lo hirió a él y a su hijo mayor. Todo se complicó cuando supo que su hijo mayor, Thomas, había ordenado la matanza. Una hora antes de su ejecución, le conmutaron la pena.

Thomas «Bart» Whitaker era uno de los tres condenados a muerte que iban a ser ejecutados este jueves en Estados Unidos.

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En Florida se le aplicó la pena capital a un hombre acusado de asesinato y violación en 1993; mientras en Alabama se pospuso la que tenían prevista pues la ejecución no pudo comenzar antes de la medianoche, cuando expiraba la autorización judicial que la hacía posible.

Tampoco hubo en Texas, donde iba a ser ejecutado Whitaker. Cuando le quedaba tan solo una hora de vida, el gobernador de ese estado, Gregg Abbott, decidió conmutarle la pena.

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Todo después de los 11 años de lucha de su padre, Kent Whitaker.

Lo inusual es que este no está haciendo la solicitud solo por motivos de compasión, sino como víctima de la matanza que ordenó perpetrar su propio hijo.

Thomas «Bart» Whitaker, quien ahora tiene 38 años, fue sentenciado en marzo de 2007 por haber encargado el asesinato de Kent, su esposa Patricia y su hermano menor, Kevin, para quedarse con la herencia familiar de más de US$1 millón.

Kent sobrevivió al ataque ocurrido una noche de 2003, pero Patricia y Kevin murieron.

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Whitaker defendía que su hijo no fuera ejecutado porque es el único miembro de su familia directa que sigue vivo. Argumenta, además, que su familia nunca pidió que le dieran la pena capital.

«Hemos luchado por años para superar el duelo tras haber perdido a Kevin y Tricia. Y ahora vamos a empezar a revivir todo otra vez», dijo en una reciente entrevista con la BBC.

A mediados de enero, los abogados de Thomas introdujeron una petición ante la Junta de Perdones y Libertad Condicional de Texas para que esta recomiende al gobernador que conmute la sentencia a cadena perpetua.

Whitaker dijo a la BBC que sus fuertes convicciones religiosas hicieron que perdonara a su hijo, aunque el camino para hacerlo no fue sencillo.

Una cena que acabó en tragedia

«La noche en que mi esposa y mi hijo murieron y yo recibí un disparo, habíamos salido a cenar para celebrar la supuesta graduación de la universidad de mi hijo mayor, Bart», recordó Whitaker en conversación con la BBC.

«Kevin entró y mi esposa estaba justo detrás de él. Escuché ruidos y luego me encontré con una persona enmascarada a unos dos metros de mí. Me disparó en el pecho y caí sobre el porche. Luego escuché un cuarto disparo y me di cuenta de que también habían herido a Bart».

Dos helicópteros trasladaron a Whitaker padre y a su esposa a una clínica desde su casa en Sugar Land (al suroeste de Houston), mientras que Bart fue llevado en ambulancia a un hospital. Kevin murió casi de inmediato.

 Pena de muerte
El padre consiguió que no ejecutaran a su hijo.

La policía comenzó a investigar el tiroteo ocurrido en diciembre de 2003 bajo el móvil de robo, pero pronto descubrieron pistas que apuntaban hacia Bart.

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Además de que la escena del crimen no tenía aspecto de un verdadero robo, supieron que el entonces joven de 23 años ni siquiera estaba inscrito en una universidad y no se iba a graduar.

Cuando Whitaker se enteró de que su hijo era el principal sospechoso de haber encargado el crimen, no quiso creerlo.

«No pensé que hubiese posibilidad de que él tuviera algo que ver, pero estaba muy furioso porque me estaba poniendo en la posición de tener que defenderlo», dijo.

Huida y confesión

Whitaker vivió en la misma casa donde ocurrieron los asesinatos junto a su hijo Bart durante los siete meses siguientes al suceso.

Pero Bart desapareció en junio de 2004.

 Thomas "Bart" Whitaker fue sentenciado a la pena capital en marzo de 2007. (Foto: Departamento de Justicia Criminal del estado de Texas).
Thomas "Bart" Whitaker fue sentenciado a la pena capital en marzo de 2007. (Foto: Departamento de Justicia Criminal del estado de Texas en EE.UU.).

Fue arrestado un año y tres meses después en México.

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Para ese momento, los otros dos hombres que participaron en el complot habían sido arrestados y se habían declarado culpables.

«Lo primero que me dijo después de regresar de México fue: Papá, lo siento, no entiendo por qué pasó esto, pero trataré de que sea lo más rápido y menos doloroso posible para todos'», dijo Whitaker.

Whitaker señaló que nunca comprenderá qué llevó a su hijo encargar los crímenes. «Sé que luchó con su identidad y con encajar en la familia. Lo que sí puedo decir es que no lo hizo por dinero», aseguró.

«Fui un cobarde»

Bart dijo en una entrevista con la cadena ABC en 2009 que «había sido un cobarde» al no confesarle la verdad a su padre antes.

«No quería causarme ese dolor y tampoco a otras personas», dijo.

Whitaker dijo que estudiar la Biblia y ser creyente le ayudó desde el día en que sucedió la tragedia a perdonar a quien fuese que hubiera matado a sus familiares.

Los fiscales que acusaron a Bart lo calificaron como un «verdadero sociópata» y «manipulador de la verdad» y defendieron su decisión de darle el más severo de los castigos.

Whitaker insistía en que sería él quien iba a sufrir más con la muerte de su hijo y criticaba que la ley en Texas que protege los derechos de las víctimas no se está cumpliendo en su caso.

«Este estado se enorgullece de proteger a las víctimas. A veces las víctimas, como yo, quieren clemencia, no venganza«.

Y su lucha dio frutos ya que antes de la ejecución el propio gobernador dijo que el padre había sido uno de los factores que lo habían llevado a conmutar la pena.

Por su parte, Thomas Whitaker dijo: «Estoy agradecido por esta decisión, pero no por mí sino por mi padre».

«Cualquier castigo que hubiera recibido o reciba en el futuro será justo. Merezco cualquier castigo por mis crímentes, pero mi padre no hizo nada malo».


*Esta nota es una actualización de la que fue inicialmente publicada el 6 de febrero.


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