Trece ciudadanos y tres compañías rusas fueron acusadas formalmente este viernes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de interferir en las elecciones presidenciales de 2016.
PUBLICIDAD
Se les acusa de "violar las leyes criminales para interferir en los comicios de EE.UU. y los procesos políticos", señaló la oficina del fiscal especial Robert Mueller, quien investiga la presunta interferencia rusa en la campaña.
Entre sus operaciones, figuran la comunicación de "información despectiva sobre Hillary Clinton, denigrar a otros candidatos como Ted Cruz y Marco Rubio, y apoyar a Bernie Sanders y al entonces candidato Donald Trump".
De entre los imputados, tres fueron acusados de conspiración para cometer fraude electrónico, mientras que cinco fueron acusados de robo de identidad.
Una de las tres empresas rusas señaladas tiene sede en San Petersburgo, Rusia, y fue identificada como la principal responsable de las operaciones que el Departamento de Justicia califica de "guerra informática contra EE.UU. a través de identidades ficticias en redes sociales y otros medios de internet".