Los mayores fabricantes de autos del planeta han empezado a publicar sus cifras de ventas de 2017. ¿Quién es el ganador?
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¿Será el grupo alemán Volkswagen, que en 2016 le arrebató el primer puesto a Toyota?
¿O tal vez alguno de los nuevos conglomerados que ahora agrupan a varias compañías automovilísticas?
O quizá el gigante estadounidense General Motors haya contraatacado…
La respuesta no es sencilla, pues depende de lo que las firmas incluyan dentro de sus resultados globales. Y, sobre todo, de la definición que uno tenga de carro.
Confusión
Este año hay un nuevo competidor reclamando el título: la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
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El grupo franco-japonés adquirió Mitsubishi en 2016 pero no incluyó su nombre en el consorcio hasta el pasado mes de septiembre.
Pero VW los incluye en su cifra final de ventas.
Así que quienes tomaron estos números al pie de la letra informaron de que la firma alemana había mantenido corona en 2017, por delante de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
La confusión se hace aún más grande si se tiene en cuenta que las empresas y los países no siempre coinciden a la hora de definir cuál es un vehículo ligero y cuál, uno pesado.
Por ejemplo, el popular "vehículo utilitario deportivo" o SUV (por sus siglas en inglés): ¿un camión ligero o un auto?
Bueno, eso depende de dónde se viva y de qué marca se conduzca.
"Los SUV se han vuelto tan populares, que muchos de ellos son básicamente carros normales", dice Derryn Wong, el director de al publicación CarBuyer.
"Pero en Estados Unidos, algunos SUV son considerados camiones ligeros. En Singapur, Malasia y Tailandia, el Toyota Hilux es una camioneta o vehículo comercial ligero mientras que el Toyota Fortuner, que utiliza la misma plataforma y tiene una apariencia similar, es visto como un SUV, es decir, vehículo para pasajeros".
