La golpeó, le hizo sangrar por las orejas, la amarró, le desfiguró la boca, la quemó con colillas de cigarrillos.
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Tan brutales fueron las palizas que durante dos meses y medio recibió la entonces adolescente de 18 años, que la prensa apodó al agresor como "El Monstruo de Los Palos Grandes".
Sin embargo, fue el nombre Linda Loaiza el que, de la noche a la mañana, se hizo imposible de olvidar en Venezuela.
La joven fue rescatada el 19 de julio de 2001 de un apartamento en una zona acomodada del este de Caracas, la urbanización Los Palos Grandes.
Las fotos de su cara hinchada, con los párpados cerrados, quemaduras en la nariz, y la boca abierta y rota inundaron las portadas de los principales diarios. El país quedó conmocionado.
Las lesiones que sufrió fueron tan graves que pasó más de medio año hospitalizada y tuvo que someterse a 15 cirugías, incluida una de reconstrucción vaginal.