La historia oficial dice que China creció 6,9% el año pasado.
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Pero muchas voces dentro y fuera del segundo país más rico del mundo dicen que el verdadero crecimiento fue menor que el anunciado.
Las autoridades locales de la región de Mongolia Interior y de la ciudad de Tianjin admitieron hace algunas semanas que sus resultados económicos para el año 2016 fueron exagerados, una dato que no es menor cuando se trata de un país con un gobierno conocido por mantener un férreo control de lo que ocurre dentro de sus fronteras.
Además, si efectivamente Pekín ha hecho esfuerzos por reducir el alto nivel de endeudamiento y aumentar las inversiones para mejorar la calidad del aire, los más escépticos se preguntan cómo esas políticas no afectaron de algún modo a la espectacular cifra oficial de crecimiento, que superó incluso el 6,5% que había proyectado el mismo gobierno hace unos meses.