Michael Finkel estaba pasando por el peor momento de su vida profesional. El periodista estadounidense acababa de ser despedido del New York Times por haber inventado una entrevista con alguien que no existía, sino que era una amalgama de distintas personas.
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El prestigioso medio estaba a punto de dar a conocer lo ocurrido en una nota que seguramente hundiría su ascendente carrera.
Fue en ese contexto que él recibió la llamada "más confusa" de su vida".
Era de un colega en Portland, Oregon, y Finkel pensó que estaría relacionado con la inminente noticia de su despido. Pero no.
El reportero lo llamaba para informarle que acababan de arrestar en México a un hombre sospechoso de haber asesinado a toda su familia. Y que ese hombre decía llamarse Michael Finkel y ser periodista del New York Times.
"No entendía nada, pero como periodista lo primero que me surgió fue la curiosidad y quise saber más sobre quién era este hombre y por qué usaba mi nombre".
"Pensé que tú me lo explicarías a mí", le respondió sorprendido su colega del Oregonian, quien le informó que lo único que sabía es que el hombre estaba acusado de haber asesinado a su esposa y tres hijos, que había cruzado la frontera y que desde su captura se había rehusado a hablar.